El de La Jara es un nuevo Camino a Guadalupe, una vía de peregrinación de reciente creación que conforma un corredor ecológico y cultural para unir esta comarca toledana con la Puebla de Guadalupe. Y no es que las gentes de Calera y Chozas, Aldeanueva de Barbarroya o Campillo de la Jara no visitara a la Morenita allá por los siglos XVI y XVII, que lo harían, si no que a buen seguro no irían por este trazado, pues corresponde a una vía férrea cuyo línea se pretendió abrir durante el siglo XX para unir las tierras de Talavera de la Reina con las Vegas del Guadiana.
La sección central de esta vía, la que atañe al tramo entre Guadalupe y la estación de Santa Quiteria, no llegó a afianzar su plataforma, lo que ha impedido su recuperación como Vía Verde; no así las otras dos secciones, la de La Jara y la de las Vegas del Guadiana-Villuercas, que sí engrosan en la actualidad los cientos de kilómetros recuperados con este modelo por toda la geografía española. Ante la imposibilidad de unificar todo el trayecto bajo el marchamo de Vía Verde, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ha optado por enlazarlas con la construcción de un Camino Natural, el de Villuercas, figura que se asemeja bastante a la de las Vías Verdes en cuanto a estructuras y calidades, aunque sin partir, obviamente, de una plataforma ferroviaria, sino fundamentándose más bien en la recuperación de caminos públicos.
Por eso a partir de la estación de Minas de Santa Quiteria, nuestra nueva vía de peregrinación continúa hasta Guadalupe por el Camino Natural de Villuercas, en un recorrido cargado de historia y de gran atractivo medioambiental, que no sólo invita a revivir el pasado ferroviario español donde, paradójicamente, jamás se vio un tren, sino que también permite conocer un patrimonio histórico y cultural que está siendo rescatado del olvido, mientras disfrutamos una perspectiva única de parajes naturales declarados Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugares de Interés Comunitario (LIC).
Por tanto, adoptamos este itinerario como uno más de la red de Caminos a Guadalupe, pues aunándolo con la plataforma abierta del Camino Natural de Villuercas, permite realizar estos 110 kilómetros de peregrinación íntegramente en bicicleta; e incluso, sin llegar a ser un sendero adaptado, permite su uso por personas de movilidad reducida. Si bien no representan a las rutas tradicionales de peregrinación a Guadalupe, entroncan con los nuevos tiempos introduciendo otros modelos que, en esencia, son tan válidos como los anteriores.